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“Nada hay en el intelecto que no haya entrado
antes por los sentidos”
Aristóteles
El ser vivo y en concreto el ser humano
está ligado al mundo de las sensaciones en una relación de
absoluta esclavitud, de igual forma que no puede vivir sin el
oxígeno o sin el agua, tampoco puede vivir en deprivación sensorial total. Y es así, porque las sensaciones son el alimento
imprescindible para el adecuado desarrollo y funcionamiento del sistema
nervioso central y cuando faltan se altera, tal y como se muestra en el
siguiente experimento:
El experimento consiste precisamente en averiguar las
consecuencias de una deprivación sensorial
lo más completa posible. Para ello se aisló a unos estudiantes
por unas horas en habitaciones insonorizadas. Se les pusieron gafas a
través de las cuales sólo se podía percibir una luz tenue,
gris, uniforme pero no formas, colores o movimiento de objetos. Se les enfundó
en trajes que sólo permitían una percepción muy atenuada
del tacto sin posibilidad de discriminación táctil. Ni tampoco
había en el ambiente nada que permitiera la percepción de gustos
u olores. Finalmente, se les tumbó en camas individualizadas.
Los estudiantes pensaban, antes de comenzar el experimento, que pasarían
unas horas felices, relajados y pensando en sus cosas. Nada más lejos de
la realidad. Tras finalizar el experimento, varias horas después, los
estudiantes contaron que tuvieron verdaderas alucinaciones y que
“físicamente” vieron delante de ellos personas o animales a
veces en procesión por la selva. Y que estas imágenes les
venían como impuestas y sin control para cambiarlas o borrarlas de su
mente. O voces claras y objetivas que les hablaban o la percepción de
una fuente luminosa, de sonidos y música. Algunos contaron incluso que
experimentaron con certeza que alguien les tocaba o se acostaba a su lado.
¿Qué les sucedió a estos estudiantes que al terminar el
experimento no contaron que se lo habían pasado estupendamente,
imaginando cosas o recordando cosas y teniendo además una conciencia
clara de ello? ¿Qué hizo que cuanto experimentaron lo hicieran
con la conciencia incierta de un sueño o la conciencia
“falsificada” pero cierta de realidad?
Algunos de ellos, además, dijeron que al poco tiempo de iniciado el
experimento fueron incapaces de pensar con claridad y les invadió una
especie de confusión mental que les impedía concentrarse en nada
y terminaron, incluso algunos días tras el experimento, teniendo la
sensación de que habían experimentado algo sobrenatural y que
influiría en ellos para el resto de sus vidas.
La
respuesta a todo esto es clara. “El cerebro necesita de ese alimento
constante que es el mundo de las energías que nos rodean y que
decodifica constantemente, sean éstas electromagnéticas, ondas de
presión, mecánicas o moléculas de variada y diversa
naturaleza. Unas veces con significado otras sin él. Pero que son, a fin
de cuentas, como el oxígeno o el agua para el organismo. Sin esas referencias sensoriales
constantes el cerebro, el poderoso cerebro, “las inventa”, las
crea, porque las necesita en aras a escapar del suicidio mental. El aislamiento sensorial completo enajena la mente humana
en apenas unas horas” (Francisco Mora, 2005 [1]). Por este motivo la deprivación sensorial ha sido y es utilizada como técnica de tortura con el
objetivo de conseguir el quiebre del prisionero, dejándoles secuelas neuro-psicológicas de gran magnitud y en la
mayoría de los casos, de por vida.
Por otro
lado, la
estimulación sensorial precoz, es decir la utilizada en
niños desde su nacimiento ha demostrado que favorece un desarrollo y maduración del SNC
más rápido y con un importante aumento del CI. Pero no
sólo es favorable en edades muy tempranas, sino que en niños de
mayor edad también les aumenta el CI.
No
obstante, a pesar de la importancia que tiene el fenómeno sensorial para
la supervivencia del individuo, la batería de energías utilizadas como entradas de
información sensorial por las diferentes especies es muy reducida y
dentro de cada una, el rango de detección es relativamente estrecho[1]. Significa que existen muchos tipos de
energías en nuestro entorno, de las cuales nuestro sistema nervioso no tiene
necesidad aparente de nutrirse, posiblemente porque no son necesarias
(evolutivamente hablando) para el normal funcionamiento del mismo o en
relación con su entorno, y en consecuencia no se malgasta energía
en algo que no aporta una mayor posibilidad de superviviencia, evitándose una mayor complejidad
organizativa frente a una mayor complejidad informativa[2].
Estas energias son transformadas al lenguaje del sistema nervioso (frecuencia de potenciales de acción), pero el sujeto no se hace consciente de ellas, hasta que no llegan a las estructuras corticales, donde se interpretan y convierten en PERCEPCIÓN, que normalmente puede ir acompañada con un componente de agrado y satisfacción que puede crear adición (ver ejemplo figura), o por el contrario de displacer, actuando de esta forma como un mecanismo de protección.
Son tan importantes los sentidos para el funcionamiento del sistema nervioso central y el componente emocional que conllevan, que se ha desarrollado toda una importantísima industria al respecto, con objeto de "hacer mucho dinero" presentándonos un mayor atractivo sensorial a cambio de "hacernos más felices".
No obstante, el exceso de estímulos sensoriales, supone un sobre esfuerzo nervioso que puede suponer una alteración funcional del sistema, quizás tan nociva como la deprivación sensorial.
Por otra
parte, esta
limitación sensorial del ser humano condiciona la concepción de
éste sobre el mundo que le rodea, lo que le supone una representación
parcial de
la REALIDAD
OBJETIVA (si es que existe)
a través de la cual construye su
conocimiento sobre la misma: SU REALIDAD o REALIDAD SUBJETIVA. Dicho de otra forma, cada
sujeto tiene una concepción subjetiva de
la REALIDAD
, objetiva en
función de su batería sensorial y la interpretación
(percepción) basada en su experiencia, y como la mayoría de los
seres humanos tenemos la misma batería sensorial, se establece un consenso humano
sobre
la REALIDAD
, a través de un proceso de
educación de la interpretación sensorial (percepción) normalizadora que nos permite socializarnos y
así tener esquemas comunes de esa REALIDAD "OBJETIVA CONSENSUADA" que posibilite
nuestra convivencia en grupo.
“La realidad es una mera ilusión,
aunque una muy persistente.”
Albert Einstein
Si modificamos nuestra batería
sensorial es decir, nuestro punto de referencia de esa "REALIDAD OBJETIVA", nos
encontramos con otra representación subjetiva de la realidad,
posiblemente tan válida como la primera (recordemos el cuento de Alicia
en el país de las maravillas de Lewis Carrol), aunque fuera del consenso social, o
compensamos la deficiencia en un sensor con la potenciación del resto (capacidad de lectura por el tacto en un ciego (sistema braille)). Ejemplos
en la alteración de las percepciones (al nivel que sea) que han generado
interpretaciones de
la
Realidad,
diferentes a lo considerado normal lo podemos ver en algunos artistas como
los cuadros de Van Gogh un “loco” que fue
capaz de expresar en sus lienzos su percepción de
la REALIDAD
, o el Greco o la
música de Bethoven, etc. Por otra parte, también hay estímulos engañosos capaces de alterar nuestra interpretación "normal" de los mismos, o alteraciones en la organización sensorial del sujeto que mezclan los sentidos (SINESTESIA ) . También podemos
comprobar dicha alteración cuando sometemos a nuestro SNC a
técnicas que modifican nuestras sensaciones o percepciones, alterando nuestro estado de conciencia, como ocurre
con las drogas químicas o con ciertas técnicas basadas en la
música, danza, sesiones chamánicas, etc.
Ya que el
mundo al que llamamos real es una construcción subjetiva basada en
nuestra batería sensorial, experiencia y educación y por tanto,
consensuada socialmente. Nadie nos puede negar que existan múltiples
realidades o al menos múltiples formas de percibir, quizás, una
única realidad. ¿Qué ocurriría si desde que nacemos
nos sometieran a una realidad creada, virtual, activándonos los centros
sensoriales de forma programada, fabricando nuestras sensaciones y
experiencias? ¿Dejaría de ser realidad? ¿Quién nos
puede negar que esta realidad que vivimos no es un montaje? Ese es el
planteamiento que se hace en Matrix (escrita y dirigida por Larry y Andy Wachowski).
Conceptualizamos el mundo de acuerdo con nuestra entrada sensorial, pero nuestra capacidad cognitiva nos permite ir más allá de esa información sensorial que incluso nos limita en nuestra capacidad de entender otras realidades. Precisamente el pensamiento puro, unido a las matemáticas y la física teórica, ha permitido vislumbrar la posibilidad de otras realidades matemáticamente posibles, de incursar en el mundo subatómico y en arañar la posibilidad de múltiples universos paralelos (la teoría M unificada del universo).
No olvidemos que dentro de ese conjunto de estímulos
sensoriales, tenemos los originados en nuestro interior, lo que permite a
nuestro cerebro tener información de nuestro estado interno,
conocimiento de nuestra posición espacial, ubicación de las
partes de nuestro organismo y del movimiento que realizamos.
Clásicamente se han clasificado en cinco los sentidos, denominados especiales, a saber: tacto, gusto, olfato, audición y visión. No obstante, son más de once los sentidos reconocidos y así dentro de la somestesia nos encontramos además del tacto-presión, el dolor, la temperatura, vibración, posición, movimiento, aceleración angular, peso, equilibrio, etc. Algunos de éstos presentan sus propios receptores y vías, otros son la consecuencia de la conjunción de varios sentidos como el del equilibrio donde además del propio sistema receptor, colaboran el tacto, presión, posición, movimiento, visión.
También tenemos que considerar, que con el desarrollo de nuestro cerebro, hayan aparecido nuevos sentidos, sentidos que son la consecuencia de la conjunción e interpretación, posiblemente, del resto de los sentidos ya mencionados. Así podríamos hablar del sentido religioso, el sentido del yo, el sentido del ridículo, del bienestar, el sentido común, etc., sentidos que son consecuencia de la aparición y desarrollo de estructuras corticales (como la corteza frontal y prefrontal) capaces de subir un escalón en la unificación y percepción del conjunto del resto de los sentidos.
¿Y el sexto sentido?
RECOMENDACIONES VER ESTOS VÍDEOS
REDES: POR QUÉ NOS ENGAÑA EL CEREBRO (1) Y (2)
LA PERCEPCIÓN.
SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN. (1) Y (2)
SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN.
El Cerebro, El Universo Dentro de Nosotros: Percepción.
(1), (2), (3), (4) Y (5)
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[2] De todas formas, en algunos seres humanos hay
referencias de su sensibilidad a energías sutiles que algunos animales
muestran también, como la anticipación a los terremotos,
maremotos, movimientos subterráneos de agua, minerales, metales
(radiestesia o rabdomancia), etc.
CITAS.
[1] Mora, Francisco, (2005). Como funciona el cerebro. Alianza editorial.
BIBLIOGRAFÍA
EN LA WEB.
Wikipedia
Sinestesia (Wikipedia)
Vídeo sobre la Sinestesia
Sinestesia: mezclando los sentidos
Sinestesia: Redes(avance)
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