METABOLISMO DE YODO

METABOLISMO DEL YODO

El yodo plasmático disponible para la glándula tiroides procede del aporte externo en la ingesta diaria, así como del yodo procedente del metabolismo de las hormonas tiroideas.

En condiciones normales la excreción de yodo es prácticamente igual a la ingesta diaria. La cantidad mínima necesaria diaria está en unos 60 µg. No obstante la cantidad normal en una dieta normal europea está entre los 150 y los 250 µg diarios. Esta cantidad varia según las regiones e incluso entre continentes, así en Europa éste es el aporte normal diario, mientras que en EEUU alcanza los 500µg y en Japón supera el miligramo. De todas formas en las regiones montañosas donde existe un menor contenido de yodo en la dieta, se puede subsanar incrementando ésta con pescados y sales yodadas.

Este yodo es absorbido activamente por la mucosa intestinal, pasando a la circulación en forma de yoduro unido a varias proteínas transportadoras, donde se une al "pool" de yoduro procedente de la degradación de las hormonas tiroideas. El tiroides capta aproximadamente entre un 10 y un 35% de este yoduro circulante (un 20% del ingerido); junto al tiroides pero en menor proporción otros tejidos también captan yoduro, como por ejemplo las glándulas salivales, las glándulas gástricas, las glándulas mamarias, placenta, cuerpo ciliar etc. En el tiroides existe una reserva de aproximadamente 7500 µg de yodo, en su mayor parte en forma de hormona. De esta cantidad se libera al día un 1% en forma de yodo organificado (hormonal) y un 0,5 % en forma libre. El hígado principal órgano metabolizador de las hormonas tiroideas excreta el yoduro por vía biliar, produciéndose una reabsorción del mismo a través de la mucosa intestinal, no obstante se eliminan por las heces un 6% del yoduro de origen orgánico. El riñón depura el yoduro plasmático a razón de 40 a 50 ml/min, lo que supone una excreción diaria del 80% del yoduro ingerido y un 14% del yoduro de origen orgánico.

En definitiva y en condiciones normales el balance neto es cero, es decir se excreta la misma cantidad que se ingiere, aunque un 20% del yoduro ingerido se utiliza para reponer el yoduro de origen orgánico excretado por las heces y la orina, como consecuencia de la depuración renal y hepática.