RESUMEN
Sentido químico que nos permite recibir información química de nuestro entorno a través de las partículas disueltas en el aire.
Junto con el gusto forma parte del proceso digestivo, tanto en la búsqueda de alimentos como en el mismo gusto, además de sernos útil como protección frente a potenciales peligros del medio, rechazo de alimentos en mal estado e incluso relacionarnos con el entorno y con nuestros semejantes, en la conducta sexual y en los mecanismos de la memoria a largo plazo.
Macrosmático los animales que lo tienen muy desarrollado y microsmáticos, como el hombre, los que no.
No hay consenso en la determinación del número de olores primarios. Aunque parece que la capacidad olfativa humana le permite distinguir más de 10.000 olores diferentes.
Los órganos sensoriales implicados en la captación de las partículas odoríferas del aire son dos: EL EPITELIO OLFATORIO PRINCIPAL, y EL ÓRGANO VOMERONASAL. El segundo está relacionado con las feromonas y en el ser humano está poco estudiado.
LA MUCOSA NASAL OLFATORIA tiene en el ser humano una superficie de unos 5 cm2 . En ella encontramos un epitelio cilíndrico pseudoestratificado que contiene de 10 a 20 millones de células bipolares sensoriales en diferentes estadios de diferenciación, ya que esta neuronas se regeneran periódicamente. Con ellas encontramos las células
basales (en continua división y orígen de las neuronas bipolares) y las células sustentaculares (estas últimas con características
de células gliales). Los cuerpos celulares de
las neuronas maduras se encuentran en diferentes niveles
en la capa epitelial y proyectan sus axones, a través de la lámina cribosa del etmoides, directamente
al sistema nervioso central, haciendo sinapsis
con las células glomerulares del bulbo olfatorio (estructura que forma parte del sistema límbico). El otro extremo se proyecta hacia la cavidad nasal en forma de 10 a 20 cilios.
Cada neurona glomerular (de segundo orden) del bulbo, recibe información de una sola célula sensorial y proyecta directamente a la corteza olfativa (zona medial de los lóbulos temporales), además de al hipocampo y amigdala. Hay inhibición lateral entre las neuronas de los glomérulos que permite una mayor discriminación olfatoria.
El estímulo odorífero necesita ser disuelto en las secreciones nasales antes de contactar con la neurona sensorial. Cada neurona sensorial tiene un receptor específico de los 350 posibles genéticamente en el ser humano. El cómo con 350 posibles receptores se puedan reconocer más de 10.000 olores está en estudio. Hay que considerar, los fenómenos de inhibición lateral y la capacidad del cortex entorrinal en diferenciar olores.
El proceso de transducción del estímulo pasa por la activación del receptor y de la proteína G correspondiente con el correspondiente incremento dl AMPc ligado a canales catiónicos.
La información sensorial pasa de la neurona bipolar a los glomérulos donde es recibida por la célula mitral, la cual recibe información inhibidora de las células preglomerulares y granulares.
Del bulbo salen dos vías: Una consciente directa (estría lateral) de la mitral a la región prepiriforme (A34) o cortex temporal sensorial olfativo. Y de aquí al área entorrinal o asociativa (A28), donde se toma consciencia.
La otra vía es la refleja que tiene dos caminos: el de la estría medial que cruzan al bulbo olfatorio contralateral. Y la vía de la estría lateral que va al núcleo amigdalino y de ahí parten fibras a diferentes núcleos del mesencéfalo y troncoencéfalo.
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