Resumen
La IGF-1 o somatomedina
C (SMC)(figura) (antiguamente
conocido también como factor de sulfatación por su acción sobre el cartílago)
(primeros indicios en 1957 por Salmon y Daughaday (1b) (Daughaday et al., 1972 (2b)), pertenece a una familia de polipéptidos insulinosímiles (por su parecido estructural a la molécula
de la proinsulina) junto con los factores de
crecimiento, que participan en la regulación del crecimiento durante la etapa
fetal y adulta, en la diferenciación celular y en las modificaciones
metabólicas necesarias para tales fines. Su secuencia fue determinada en 1978 por Rinderknecht y Humbel (3b).
Es codificada por el cromosoma 12 región 101.31 - 101.4 Mb.
Es una proteína con una cadena simple de 70 aa con tres puentes disulfuro intramoleculares y 7,6 KD de peso molecular.
Se producen en el hígado y otros tejidos, actuando como
hormona y factor paracrino.
La IGF-1 es dependiente de
la GH
(en la fase postnatal, durante el desarrollo del feto se secreta de forma
independiente a
la GH)
y actúa en la etapa postnatal, mientras que
la IGF-2 es independiente de
la GH y actúa en la etapa fetal.
La primera tiene 70 aa y la segunda, también llamada somatomedina A (SMA), tiene 67 aa, ambas con tres puentes disulfuro.
Se diferencian de la insulina (51 aa) en que no
tienen la cadena C separada y además tienen una extensión de la cadena A
denominada dominio D.
En el hombre hay variantes de
la IGF-1 en cerebro y varias de
la IGF-2.
En plasma van unidas a proteínas transportadoras (90%), las
IGFBP, de las que se conocen 10. Seis tienen características comunes con
16 a 18 restos de cisteína que les da una configuración espacial bastante
rígida. De todas ellas,
la IGFBP3
de 29 KDa es la de mayor concentración en plasma
(80%) y su síntesis y secreción en hígado depende de
la GH, siendo relativamente
independiente a los cambios nutricionales. Unida a
la IGF-1, para la que es muy
específica supone una vida media de unas 18 horas. El hígado también sintetiza
y libera una subunidad ácido lábil (ALS) que forma
complejo con
la IGF
1BP3.
Actúa como reservorio de IGF-1. El nivel en plasma de esta BP3 es alto hasta los 25 años y
luego disminuye gradualmente con la edad, lo que supone un incremento de IGF-1
libre. Esta hormona hepática es bastante estable a lo largo del día (no sigue
el ritmo secretorio de
la GH).
Su valor en plasma es de
10 a 700 ng/mL, con pico máximo durante la pubertad, luego disminuye
con la edad.
Tiene un receptor específico el IGF-1R (tirosin kinasa ), pero también puede ligarse al receptor de insulina. Debido a la similitud estructural con la insulina, en altas
concentraciones puede interactuar con los receptores de ésta, ejerciendo
efectos insulínicos. E igual le ocurre a la insulina
con los receptores de
la IGF-1,
aunque para ambas, la afinidad por los que no son sus receptores específicos es
menor. Sin embargo, ni la insulina ni el IGF-1 interactúan significativamente
con el receptor de
la
IGF-2. Pero
esta última si lo hace con los receptores de las
anteriores. En la placenta se ha encontrado un receptor mixto para la insulina
y
la IGF-1.
Los factores que se saben causan variación en los niveles de IGF-1 en la circulación y también en la hormona del crecimiento incluyen: la hora del día, la edad, el sexo, el estado del ejercicio, los niveles de tensión, el nivel de nutrición y el índice de masa de cuerpo (BMI), el estado de la enfermedad, la raza y el estado estrogénico.
Acciones (figura): Ver las acciones con la GH.
La IGF-1, también ejerce acciones sobre el metabolismo, pero al parecer sólo en
concentraciones altas (agudas), y por su similitud con la insulina, los efectos
metabólicos son similares a ésta. En
las células musculares estimula la producción de proteínas y otros componentes
celulares, mientras que en los tejidos adiposos potencia el uso de la grasa
como fuente de energía. En otros
tejidos, el IGF-1 inhibe la transferencia de glucosa a través de la membrana
celular por parte de la insulina. Como consecuencia, las células se ven
obligadas a emplear las grasas para obtener energía.
La IGF1 protege a muchas células de la apoptosis. Como resultado es posible que células cancerosas
productoras de IGF-I sean resistentes a la apoptosis inducida por quimioterapia.
La IGF1 tiene un papel específico en el
funcionamiento cardiaco pues promueve el crecimiento del músculo cardiaco, aumenta
la contractilidad y el volumen cardiaco.
¿Qué efectos tiene la IGF-1 sobre la marca deportiva?
Algunos deportistas creen que el aumento de la masa muscular que se produce con la utilización de IGF-1, se acompaña de un aumento de la fuerza muscular, de la síntesis de proteínas y de una disminución de la grasa corporal. No existen evidencias de que la administración de IGF-1 se acompañe de una mejora de la marca en deportistas. De todos modos se piensa que para que se produjera una mejora de la marca, en el caso de que se produzca, se necesitaría utilizar dosis muy elevadas que se acompañarían de efectos negativos sobre la salud como, por ejemplo, la hipoglucemia.
¿Qué efectos tiene la IGF-1 sobre la salud?
La utilización de IGF-1 puede provocar los efectos secundarios sobre la salud producidos por la hormona del crecimiento (crecimiento exagerado de las manos, cabeza y pies, problemas cardiacos, etc.). También puede producir edema cerebral, coma por hipoglucemia, aumento del tamaño del corazón y parálisis del nervio facial. Además, es posible que en un primer momento los músculos aumenten de tamaño, pero que a largo plazo se vuelvan más frágiles.
(2b) Daughaday WH, Hall K, Raben MS, Salmon WDJ, Brande JL, Wyk JJ. 1972 Somatomedin: proposed designation for sulphation factor. Nature. 235:107–107.
(1b) Salmon Jr WD, Daughaday WH 1957. A hormonally controlled serum factor
which stimulates sulfate incorporation by cartilage in vitro. J Lab Clin Med
49:825–836
(3b) Rinderknecht E, Humbel RE. 1978. The amino acid sequence of human insulin-like growth factor I and its structural homology with proinsulin. J Biol Chem. 253(8):2769-76. [Texto completo]
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